miércoles, 27 de julio de 2011

Judo Aventuras 9 Parte 2 (Olimpiada Nacional)

Hola de nuevo, esta vez recibí muchos comentarios sobre la primera parte de este glorioso final. Agradezco sus comentarios y sus preguntas, que por primera vez sí me cuestionaron. La segunda parte es un poco más larga que la anterior, así que pónganse cómodos. Favor de comentar en facebook o directamente aquí, valoro mucho sus opiniones.

Para los que se perdieron el primer capítulo aquí les dejo el enlace: http://checoworld.blogspot.com/2011/07/judo-aventuras-9-parte-1-olimpiada.html

Ahora sí, continuaré con la historia. Recordando que comenzaré con el tercer día en Guadalajara, el día de mi competencia.

Nos paramos temprano como siempre y esperamos la hora del pesaje. Mi pesaje oficial fue de 52 kilos, no sé cómo pasó eso ya qué utilicé la misma báscula de la noche anterior. Por sentido común tuve que pesar lo mismo o incluso más pero por razones del destino di un kilo menos. Ale, Tona, Lalo y los demás dieron el peso correspondiente así que esta vez no descalificaron a nadie. Antes de partir al comedor observé mi gráfica y no podía creer lo que veía. Resulta que mi pelea era con el tercer lugar nacional del torneo pasado, asunto que me asustó mucho y me bajó el ánimo. También vi que en caso de ganarle me tocaría con el primer lugar de la división y vaya que si es bastante bueno. Como ya mencioné, me bajó el ánimo porque era poco probable tener chance de pelear por el tercer lugar. El azar no me favoreció esta vez.

Pasamos a la parte del desayuno, encontré a mi amiga Yadira. Ella fue quién me vio gatear en el tatami y mi progreso en el judo. Recibí su buena energía y fue otra llamada de atención interna para dar todo en los tatamis. Después fuimos al estadio e inmediatamente nos pusimos a calentar. Durante el calentamiento y al ver a mis compañeros me di cuenta que estaba en lo mejor del judo de la UNAM, me sentí muy orgulloso de poder compartir esos momentos con ellos.

Mi pelea era de las primeras ya que era el peso más bajo. El presidente de la asociación me llevó al área de calentamiento, no sin antes recibir unas palabras de aliento por parte del equipo. Él también me dio las suyas junto con algunas sugerencias. Al llegar al área de calentamiento me quedé parado esperando a que me pasaran al área de combate. Al ingresar mi amigo Lalo ya había ganado su primer pelea y me dio su buena vibra. Mientras esperaba mi turno fui llevado con Magali y me dijo que estuviera atento a mi pelea. Como tengo la costumbre de no quedarme quieto comencé a caminar en círculos siempre atento al área que me correspondía. En ese momento ella se volteó y me dijo: “Sergio, no te puedo estar cuidando como niño chiquito.” Me quedé sin palabras porque en realidad no hice nada para ganarme ese regaño y mejor me mantuve quieto.

Al fin llegó el momento de mi pelea, todos mis amigos estaban observándome y echándome porras. En ese momento me valió quién fuera mi adversario, en qué lugar habría quedado en el último torneo nacional, lo que tenía que hacer era ganar. Tenía mucha motivación interna y externa, recordé todos los entrenamientos previos a ese día así que no podía quedar mal. El árbitro nos pasó al área y dio el comienzo. Primero saludé a mi oponente, después hice el agarre. Admito que me puse nervioso, se sentía con mucha fuerza y entonces mi mente dijo “es ahora o nunca”. Luego agarré toda mi fuerza, todo mi e hice una entrada con las piernas pero cuándo me di cuenta ya estaba en el suelo, recibí un contraataque. Así es, todo lo que hice en 4 meses se resumió en 8 segundos. Seguramente fue la pelea más corta que haya tenido, seguramente fue la más corta en toda la olimpiada. Admito que me puse nervioso, el estaba muy fuerte y no creí moverlo. Tal vez por eso hice esa técnica tan acelerada, no confié en mi habilidad. La mayoría de las victorias que he tenido no ha sido por ser la persona más fuerte del mundo, sino por habilidad y maña. Salí del área con el ánimo bajo pero Moisés, el otro entrenador, me dijo que no me desanimara.

Salí del área para dirigirme con los demás pero no mentiré, caminé tan despacio que no quería que me vieran con algunas lagrimitas en los ojos. Me bajo el autoestima el ver que todos me observaran esa derrota, así que cuándo logré calmarme tomé asiento en las gradas. No quería hablar con nadie y como era costumbre Diego comenzó a chingarme. Mi amigo es a veces un poco impertinente, tanto que cuándo una vez me lesioné me golpeaba dónde me dolía.

Mientras continuaba con mi dolor, Ale le tocaba hacer lo suyo en los tatamis. Creo que logró hace un yuko, lo cual me hizo pensar que podía ganar. Recibí una sorpresa cuando vi que lo estaban “palanqueando” en su codo. Ale, tan orgulloso como siempre, y la mayoría de las veces más que yo, se aguantó la palanca. Se notaba que después tenía dificultad para pelear y no resistió una segunda palanca. Lo único que ganó fue un brazo lastimado. Tona cayó en su primer combate. Lalote llegó al quinto lugar y Oswaldo quedó en tercer lugar. Ariel me soprendió mucho, sinceramente creí que obtendríamos otra medalla con él pero no fue así. Dafne quedó en primer lugar. La mención honorífica se la lleva Andrea Barbieeh.

El caso de ella es muy particular. Su primera pelea estuvo muy intensa. Al parecer le tocó con una figura muy famosa en el judo, tan famosa que me hizo levantar de mi lugar y grabar. Lo que vi entre ellas dos fue de lo más agresivo que he visto en mi vida, no es exageración mía pero se dieron más duro que algunos hombres. Andrea obtuvo la victoria y su pase a la final. La jornada de ese día se cerró con su combate. Todo el equipo de la UNAM nos hicimos una sola voz y gritamos a su favor pero lamentablemente quedó en segundo lugar. De todos modos para mí fue una de las mejores actuaciones de ese día.

Salimos del estadio y junto con Lalo compré algunos recuerditos como una playera y una pulsera. Sirvió para curar mi ligera depresión. Edgar, mi sensei, nos fue a dar una ligera visita y nos felicitó. Yo le dije que no tenía motivo para hacerlo y él respondió “¿A poco querías ganar?” Respondí negativamente a su pregunta, solamente quería ser recordado como un buen judoka. Después de eso, como en cada competencia, me dieron unas ganas de entrenar y ser mejor cada día aunque aún no olvidaba ese pequeño incidente.

Al caer la noche y después de cenar, se nos dio la instrucción de estar a las 5 de la mañana para ir a una playa o algún lugar para distraernos al día siguiente. Luego dimos una pequeña caminata nocturna y nuestros maestros nos invitaron unas pizzas. Volvimos al hotel y todos nos juntamos en un solo cuarto. Estábamos planeando en qué hacer durante la noche. Primero llamamos para hacer bromas en los cuartos. En una de las llamadas Ariel se empezó a pelear con alguien y supuestamente irían a la habitación (las llamadas se hicieron desde mi cuarto) para arreglar el problema. Ariel dijo que nos calmáramos, qué él se encargaba de todo. Lalo y yo no queríamos problemas pero a los pocos segundos tocaron la puerta. Nadie abrió y cuándo lo hicimos, no había nadie. A los pocos minutos nos dimos cuenta que era Fernanda la que estaba detrás de ese plan.

Seguíamos discutiendo en qué haríamos esa noche pero nadie llegó a concretizar el plan. Entonces Lalo y los demás decidimos dormir. Las luces ya estaban a apagadas cuándo mi amigo Diego tocó la puerta y me pidió pasta de dientes. Se la di con la condición de que me le regresara. Como vi que no volvía, me armé de valor y fui a su habitación con la promesa de que volvería a mi cuarto. Toqué su puerta y noté algo raro, no tenía ganas de darme mi pasta. En su cuarto estaba Octavio y el hermano de Octavio, la verdad no recuerdo como se escribe su nombre. Diego quería que me quedara pero sinceramente si quería dormir en mi cuarto. Como mis maletas estaban con Lalo le dije a Diego que me diera mi pasta para guardarla y traer mis cosas a su cuarto. Él no creyó en mi palabra y mandó a Octavio por mis cosas. En 5 minutos me trajo mis pertenencias y ahora sí no tenía pretexto para huir. No podía creer que estaba siendo secuestrado por uno de mis mejores amigos pero en fin, así fue. A las 3 de la mañana comenzó a darnos sueño, ya no había nada en la televisión. A las 4 decidimos dormir un ratito pero ese fue nuestro error porque al despertar me sentí de la chingada.

A la hora de subir al camión me quedé dormido, solo me paré para desayunar y sentía un terrible cansancio. Al finalizar subimos de nuevo y en dos horas aproximadamente llegamos a un parque acuático. Estaba genial, además casi no había gente. Prácticamente teníamos todo para nosotros, nos aprovechamos de los toboganes y albercas de olas. Algunos se cayeron, otros se voltearon, como Ale y Andrea Poo. En la tarde nos fuimos de ahí pero no sin antes disfrutar de una comida patrocinada por los padres de algunos judokas que además fueron los invitaron la visita. Para terminar, regresamos a la Ciudad antes de las 12 de la noche. De regreso venía platicando con Andrea Poo, Lalo y Diego. Barbieeh se fue dormida como siempre y algunos nos tomamos fotos. El punto de reunión fue el estadio de Ciudad Universitaria y nos despedimos pero antes intercambiamos correos.

Mi madre y mi hermana me estaban esperando. Recuerdo que mi mamá dijo sentirse orgullosa de mi a pesar de aquellos 8 segundos. Llegué a mi casa y cené una dona que me habían comprado para después dormir. Al día siguiente, después de doce horas de sueño, me desperté con la pregunta ¿Ahora qué sigue? Los siguientes días me dediqué a entrenar con mis nuevos amigos pero no pasó de las dos semanas porque tenía otro asunto que arreglar. Tenía un problema mayor, era una cuestión que marcaría mi futuro de no atenderse lo más rápido posible. Ese problema hizo que ya no entrenara en las vacaciones. Lo más seguro es que todos van a querer saber esa razón que me motivó a dejar el judo. Lamentablemente ese será el motivo de la siguiente entrada.

Seguramente pensarán que todas mis entradas no tienen conexión con las demás pero cuándo lean los finales de todas mis “checo series” podrán saber que una conduce a la otra. Al final todas conectarán a una sola historia que aún no publicaré. Una historia que ni sé si la escribiré, de momento solo haré dos finales más, “616” y “Tu verano”. De esta forma les aviso que al finalizar estos dos finales, no habrá más publicaciones pero el blog seguirá abierto a todos. Si algún día me decido a escribir esa tercer historia que conecta a las demás, significaría el cierre definitivo de mi blog. Al menos en un buen tiempo, tal vez abra otro, tal vez lo dejé así, uno nunca sabe. Ahora haré la parte difícil, la parte que nadie quiere leer.

Con esto me despido formalmente del judo. Han sido 10 publicaciones, 9 partes, 3 años y un solo deporte. Ha sido de lo más grandioso que me ha pasado, he conocido gente extraordinaria. Tengo otra familia que me apoya, gente que no mencioné pero siempre estuvo al pendiente de mis publicaciones. Personas como: Maru, Cris, Leda, Luciel, Salvador Guillen, Arenita, Miguel, Edgar, Yadira, Jenny, Lalito, Lalote, y una serie de personas especiales que jamás terminaría de nombrar, sería una lista muy larga. A todos ellos les dedico esta última entrada, algunos la verán, otras no, algunos que mencioné ni salieron pero de alguna forma están siempre presentes en mí. Estas anécdotas, lejos de contar mis estupideces, creo que es una forma de decirle al mundo de que todo es posible. Comencé siendo un niño flaquito débil y al final empecé a tirar gente mucho más grande y pesada, personas que me subestimaron. Todo fue porque creí en mí, sí de verdad desean algo luchen hasta obtenerlo. Mi sueño en judo era llegar a una olimpiada pero como no creí que podría llegar hasta ahí no vi más lejos, nunca me vi ganar una pelea ahí dentro. Tal vez ese fue mi error, de eso se aprende. En fin, no haré más emotivo porque unas líneas más y comenzaré a llorar. Todo en esta vida es posible, solamente crean en ustedes. Me despido con la promesa de volver algún día para pisar un tatami como hacía antes.

Checo Sputnik

3 comentarios:

andy dijo...

wow!!1
te quero muchote checo y
levantare mis dos pulgares y te
felicitare ...besotyes mi niño bye

miguel dijo...

¡Cómo siempre!, una buena publicación, te felicito por esta saga de aventuras sobre tu vida, que ha sido entretenida y reflexiba, te deceo lo mejor.

Araceli Mora dijo...

hola checo soy ale tu alumna del curso de verano te quiero decir que alan te extraña mucho que angel tambien jesus y hasta yo te extraño a y no te sabras la pagina del curso y te extrañamos